Después de asistir al musical por segunda vez, me gustaría dedicar una crítica entera a Lydia Fairén, actriz y cantante que interpreta a Eponine en el musical.
La primera vez que la vi sobre el escenario no solo me convenció, sino que me gustó bastante su actuación. Era la mejor voz femenina protagonista de todo el musical, y lo único que quedaba por criticar era la interpretación del personaje propiamente dicha.
Tras verla por segunda vez, me reafirmo diciendo que sin duda su voz es excepcional, y sus canciones estaban muy por encima de la media que imponían Talía del Val y Virginia Carmona. Aquel día el público estaba especialmente soso, y aplaudía muy de vez en cuando, pero fue Lydia Fairén quien se llevó todas las ovaciones después de un impecable "Solo para mí", y no sin razón.
En cuanto a la interpretación del personaje, Lydia Fairén ha mejorado mucho. En diciembre del año pasado, expuse que era lo único que debía mejorar de su actuación, y lo esta vez lo ha superado con creces. Bien porque no me había fijado lo suficiente la última vez, o porque de verdad ha pegado el estirón interpretativo, pero esta vez Eponine ponía los pelos de punta, literalmente. El personaje me llegó al corazón, y es de esos que se quedan ahí durante mucho tiempo; pero nada de esto es posible si el actor no hace el duro trabajo de transmitir todos los sentimientos del personaje. Sobre las tablas del Lope de Vega, Lydia Fairén no era una actriz, ni una cantante. Lydia Fairén era una Eponine sufrida, amante de la noche y de los recuerdos, llorando por el amor perdido.
Pero mientras podríamos calificar a Virginia Carmona una actriz con pasado, Lydia Fairén es sobre todo una actriz con mucho futuro. No tengo ni idea de cuáles serán sus pretensiones profesionales, pero estoy segura de que esta joven tiene muchísimo futuro en esto de los musicales. Lydia Fairén es sin duda la principal heredera del reino de los musicales de la Gran Vía, que ahora pertenece con orgullo a la actriz y cantante Dulcinea Juárez. Y no es comparar por comparar: ¿Una actriz catalana que comienza en el mundo de la música y acaba debutando en el mundo de los musicales en el Lope de Vega de Madrid? Suena demasiado familiar.
Personalmente, me encantaría ver evolucionar a Lydia Fairén en el escenario, porque tiene un talento increíble que está aún por explotar, y, aunque suene a palabras mayores, estoy segura que podrá llegar a ser una de las grandes del teatro musical español.
Un millón de BRAVOS para esta fantástica actriz y cantante, que se deja la piel en cada función para hacernos sentir al menos una milésima parte de lo que late en el oscuro corazón de Eponine.