jueves, 7 de abril de 2011

Les Misérables en Madrid: Los Actores (II)

Tras ver el musical por segunda vez, ahora me toca rectificar algunas cosas y reafirmarme en otras muchas, así que ahí va la nueva crítica de "Los Miserables".


Esta vez, en cuanto me senté en las butacas del Lope de Vega, además de disfrutar una vez más de este excelente musical (que cada vez me gusta más), me fijé con espíritu crítico en alguno de los actores a los que antes había acribillado a críticas.

En primer lugar, me gustaría hablar de Talía del Val, actriz que interpreta a nuestra no-querida Cosette. Ya hablé mucho de ella el año pasado, y no muy bien. De Cosette no voy a decir nada, porque me sigue pareciendo un personaje bastante repelente, pero sí me gustaría rectificar un par de cosillas de Talía. Vocalmente la vi mejorada, y en cuanto a la interpretación, estaba conectada con el personaje. La verdad es que me gustó bastante más que la primera vez que la vi. Pero sigue teniendo un problema grave con los agudos, especialmente con un agudo en concreto, una última nota que, si no fuera de las largas, igual pasaría desapercibida. Pero llevar cantando bien durante toda la función y luego desafinar en esa nota... auch, me dolió.
Afortunadamente, no puedo decir que haya destrozado el personaje como la última vez, porque ahora creo que sí ha estado a la altura de Los Miserables, aunque puede estar muchísimo mejor.

De Virginia Carmona no voy a decir nada más, porque estuvo igual que la última vez. Quizás me gustó un poquillo más su "Soñé una vida", pero tal vez sea solo porque ya me acostumbré a esta versión por escucharla en el CD. Su interpretación estuvo muy chula, metidísima en el papel, y representando a una Fantine muy sufrida, un diez en este aspecto. Ahora, vocalmente sigue sin gustarme nada.

De Lydia Fairén ya hablé lo suficiente en la entrada anterior, y creo que no vale la pena resaltar más cuestiones de su actuación.

Ahora me meteré con Guido Balzaretti, a quien tampoco tiré rosas precisamente la última vez. En esta última función, me pareció, a falta de Gerónimo Rauch, la segunda mejor voz masculina del musical, solo por detrás de Ignasi Vidal, quien, por cierto, esta última vez me dio la impresión de que no se lució como debía. La voz de Guido estuvo impecable, pero su interpretación me sigue pareciendo sobreactuada.

Ahora, David Velardo en el papel de Jean Valjean sí que dolió. No estuvo horrible, pero después de haber visto a Gerónimo Rauch no hay color. De hecho, la amiga con la que iba, que era la primera vez que venía a ver el musical, me dijo "¡Menudo vozarrón!". Yo, sin embargo, no le vi ese vozarrón, y estuve irremediablemente comparándole constantemente con el dueño"legítimo" del papel.

Quiero también resaltar el trabajo del resto del elenco, que en muchas ocasiones superaba incluso a las voces protagonistas, especialmente el elenco femenino, que le hacía sombra continuamente a Virginia Carmona y a Talía del Val. Me gustaría destacar sobre todo la voz de Ruth Calvo en "Otro día se va" (espero que sea ella, porque no estoy muy segura...), que desde que tengo el CD no puedo dejar de maravillarme con ella.

Por último, quiero declararme fan absoluta de Gaby del Castillo con su interpretación de Gavroche. Me parece alucinante que un chaval de su edad tenga tanta fuerza interpretativa sobre el escenario, a la hora de enfrentarse a un público tan numeroso y exigente.  Sigue siendo uno de mis favoritos, tanto el personaje como el actor. Este chico tiene muchísimo futuro en el mundo de la actuación.
Definitivamente, soy fan incondicional de los Thenárdier, padres e hijos.

El resto de personajes, igual de bien o mal que al principio de su recorrido en "Les Misérables".

Les Misérables en Madrid: Lydia Fairén

Después de asistir al musical por segunda vez, me gustaría dedicar una crítica entera a Lydia Fairén, actriz y cantante que interpreta a Eponine en el musical.


La primera vez que la vi sobre el escenario no solo me convenció, sino que me gustó bastante su actuación. Era la mejor voz femenina protagonista de todo el musical, y lo único que quedaba por criticar era la interpretación del personaje propiamente dicha.

Tras verla por segunda vez, me reafirmo diciendo que sin duda su voz es excepcional, y sus canciones estaban muy por encima de la media que imponían Talía del Val y Virginia Carmona. Aquel día el público estaba especialmente soso, y aplaudía muy de vez en cuando, pero fue Lydia Fairén quien se llevó todas las ovaciones después de un impecable "Solo para mí", y no sin razón.

En cuanto a la interpretación del personaje, Lydia Fairén ha mejorado mucho. En diciembre del año pasado, expuse que era lo único que debía mejorar de su actuación, y lo esta vez lo ha superado con creces. Bien porque no me había fijado lo suficiente la última vez, o porque de verdad ha pegado el estirón interpretativo, pero esta vez Eponine ponía los pelos de punta, literalmente. El personaje me llegó al corazón, y es de esos que se  quedan ahí durante mucho tiempo; pero nada de esto es posible si el actor no hace el duro trabajo de transmitir todos los sentimientos del personaje. Sobre las tablas del Lope de Vega, Lydia Fairén no era una actriz, ni una cantante. Lydia Fairén era una Eponine sufrida, amante de la noche y de los recuerdos, llorando por el amor perdido.


Pero mientras podríamos calificar a Virginia Carmona una actriz con pasado, Lydia Fairén es sobre todo una actriz con mucho futuro. No tengo ni idea de cuáles serán sus pretensiones profesionales, pero estoy segura de que esta joven tiene muchísimo futuro en esto de los musicales. Lydia Fairén es sin duda la principal heredera del reino de los musicales de la Gran Vía, que ahora pertenece con orgullo a la actriz y cantante Dulcinea Juárez. Y no es comparar por comparar: ¿Una actriz catalana que comienza en el mundo de la música y acaba debutando en el mundo de los musicales en el Lope de Vega de Madrid? Suena demasiado familiar.

Personalmente, me encantaría ver evolucionar a Lydia Fairén en el escenario, porque tiene un talento increíble que está aún por explotar, y, aunque suene a palabras mayores, estoy segura que podrá llegar a ser una de las grandes del teatro musical español.

Un millón de BRAVOS para esta fantástica actriz y cantante, que se deja la piel en cada función para hacernos sentir al menos una milésima parte de lo que late en el oscuro corazón de Eponine.